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¿Por qué el teletrabajo no cuaja en las empresas españolas?

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02.03.2015 Arancha Bustillo . Siga al autor en

Aunque aún queda camino por recorrer, algunas firmas están convencidas de las virtudes del teletrabajo. Los 'smartphones', las tabletas y las aplicaciones facilitan llegar a resultados sin pasar por la oficina.

¿Por qué el teletrabajo no cuaja en las empresas españolas?

Tan sólo el 7,4% de los españoles teletrabaja, al menos de manera ocasional, según el último Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo. Una cifra que dista bastante de la que registran algunos vecinos europeos, como Reino Unido, o asiáticos donde había 601,7 millones de trabajadores móviles en 2010, y las previsiones apuntan a que llegarán a los 838,7 millones este año.

Y no será por falta de herramientas. Internet, smartphones, tabletas, aplicaciones en movilidad, escritorios virtuales, Skype, software especializado y, en algunas empresas la posibilidad de contar con el comunicator, que es como un chat para comunicarse con el resto de la plantilla, nos ayudan a gestionar nuestras tareas desde cualquier parte.

Sin embargo, "el miedo a la pérdida de control de los equipos, la necesidad de interacción con otras personas, el temor a la falta de compromiso y otros aspectos económicos o de gestión, como el coste del material necesario para su implantación, la implementación de sistemas de reporting específicos y la preparación de la compañía para la diligencia de este tipo de trabajo provocan que no se fomente todo lo que se debería este método laboral", explica Nekane Rodríguez, directora de Lee Hecht Harrison-Grupo Adecco.

Aún nos falta confianza, puntualiza Albert Pérez, director de Michael Page, quien reconoce que todavía recelamos de aquellos que trabajan fuera de la oficina y no son pocos los jefes que casan productividad con presencia en el trabajo.

En definitiva, se trata de un problema cultural. Así lo cree Mariana Spata, national business manager de Hays, quien recuerda que "aún se cree que estar en la oficina de cuerpo presente garantiza productividad, cuando no es cierto. Hay puestos y puestos. Algunos están obligados a estar presentes por las características de sus tareas, pero otros, como el business analytics, no requieren un espacio físico determinado para realizar su trabajo". Por perfiles Otros puestos que no exigen el presentismo como garantía de productividad son, según María José Martín, directora general de ManpowerGroup Solutions, los de help desk, y los comerciales, a pesar de que, cada cierto tiempo, éstos últimos tienen que reunirse para poner en común resultados.

Las multinacionales son, según Pérez, las organizaciones que más apuestan por el trabajo en remoto. No son las únicas. Las compañías que no disponen de sede física suelen contratar profesionales que trabajen a distancia. Pero son las menos, aunque, según los expertos consultados, las nuevas generaciones de empresas, es decir, las start up valoran más la consecución de resultados que el presentismo y, además, tienden a formar equipos virtuales. Pros y contras La falta de costumbre puede provocar que algunos profesionales que optan por el teletrabajo cometan errores que afecten a su productividad como, por ejemplo, dejarse distraer por cuestiones cotidianas y domésticas. De ahí que el trabajador deba marcarse un horario, una rutina y diseñarse un espacio para trabajar sin molestias. Si se hace bien, el teletrabajo puede ser muy efectivo, porque "pierdes menos tiempo, al no tener que desplazarte e, incluso, puedes dedicar más horas y gestionarte para atender tus asuntos familiares y profesionales", enumera María José Martín. La medición por resultados, según Nekane Rodríguez, es otra de las ventajas, al igual que "el ahorro de costes de estructura y la mayor satisfacción personal".

Para estar a la altura, tanto empresa como empleado deberán poner de su parte. El trabajador tendrá que ser disciplinado y responsable para tener todas sus tareas en tiempo y forma, y la compañía deberá confiar en sus colaboradores y no hacer un mal uso de los dispositivos; es decir, evitar controlar a sus profesionales a través de los dispositivos digitales, entre otros aspectos.

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